Blogia
A veces, las personas no son lo que parecen

Eléctricodependientes

Esta mañana he comprobado la inutilidad del urbanita ante la falta de luz. Un apagón de más de 2 horas ha dejado a la mitad de mi barrio en actitud totalmente ociosa. Yo mismo me he visto afectado por el percance, y la ola de impotencia que me ha invadido ha sido de aúpa. Nada de ducha, nada de afeitarme, nada de ponerme la radio, nada de leer sin dejarme la vista... un dramón. La verdad es que uno se siente ridículo al reconocer su esclavitud hacia la electricidad y todas las facilidades que nos otorga. Tengo que dar las gracias al progreso para hacer de mi tren de vida lo que es, porque miro hacia atrás y no me veo de ninguna forma en medio de una montaña, viviendo en una cabaña con un par de velas como recurso más destacado. Viva mi incapacidad!

0 comentarios