Un año ya...

Un año ya de esa fria pero despejada mañana de marzo, en la que la voz de alarma fué lanzada por un mensaje al móvil de un compañero en clase. Una mañana en la que la confusión, la frustración, la rabia y la impotencia se combinaron a partes iguales mientras todos nos agolpábamos delante del televisor y salimos a la calle para mostrar nuestro rechazo más contundente a todo el terror que se desató. De hecho, aún hoy perduran estos sentimientos cuando echámos la mirada hacia atrás y recordámos con escalofríos la jornada más negra de la historia reciente española. Sin embargo, no podremos nunca acercarnos ni remotamente a sentir todo el dolor y el sufrimiento de aquellos que vivieron el 11-M de cerca.
Lo más triste de todo, es que después de 365 dias, todo sigue más o menos igual, pocas cosas se han sacado en claro de la comisión de investigación, y tal como denunció Pilar Manjón (portavoz de la Asociación de Víctimas del 11-M), se ha jugado con los sentimientos de todas esas personas que perdieron un trozo de su vida en esos fúnebres trenes, a las que se ha usado como "armas arrojadizas". Tanto los partidos políticos, con su lamentable conducta durante estos meses echando las culpas a todo el mundo pero sin buscar soluciones reales, como los medios de comunicación, que en demasiades ocasiones se han ensañado en mostrarnos las imágenes más crudas posibles, deberían reflexionar sobre si sus actuaciones han sido todo lo acertadas que sería exigible en un pais que pretende tener una imagen moderna, acorde con los tiempos que corren. Pero siempre con el recuerdo de los ausentes.